Contagiadas por el espíritu emprendedor de su padre Anibal de Arriba, que fundó una empresa familiar que distribuye envases descartables, las hermanas Florencia (35) y Male de Arriba (44) soñaban con desarrollar juntas un producto «que fuera muy propio y que quienes lo llevaran lo sintieran suyo», dicen. El disparador de la idea fue el mate que llevaban a todos lados. Pero en vez de hacer materas, se les ocurrió customizar un producto que fuera tendencia en el mundo -canastas para usar a modo de cartera- y agregarle iniciales personalizadas, en el mismo formato que usan las marcas internacionales. Así nació Muy de Arriba, nombre que pusieron en honor a su apellido y a su papá, que hoy tienen «presente todo el tiempo».
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